lunes, 11 de agosto de 2008

Biografia de Robespierre


Robespierre decidió presentarse a las elecciones a los Estados Generales de abril de 1789, haciéndose conocido en su localidad por su panfleto Adresse à la nation artésienne. Si bien los principales oligarcas de la provincia se presentaron para la elección, el 26 de abril Robespierre fue electo como el quinto diputado del Tercer Estado.
Al reunirse los estados generales en Versalles el 5 de mayo de 1789, la pasión de Robespierre empezó a ser evidente. Mirabeau dijo de él: “Este joven hombre cree en lo que dice, va a llegar lejos”. Ferviente partidario de las ideas de Rousseau, ya le empezaba a dar forma propia en sus discursos en la asamblea, que eran tachados de extremistas por la mayoría.
Gran orador en la Asamblea Constituyente (se le registran unos 150 discursos hasta 1791), se fue perfilando como uno de los líderes del pequeño grupo de extrema izquierda denominado despectivamente por Mirabeau las “treinta voces”.
Desde la época de los Estados Generales, Robespierre había participado en el club de “los amigos de la constitución”, que al trasladar su recinto al edificio de los monjes jacobinos (dominicos) serían reconocidos como “los jacobinos”. Codeado de personas de su mismo origen y clase social, y al volverse cada vez más un club muy restringido, Robespierre fue ganando terreno hasta convertirse en el líder absoluto del movimiento en el verano de 1792.
La fuga del rey a Varennes arruinó las posibilidades de una monarquía constitucional viable. Si bien Robespierre guardó cautela, miles de manifestantes decidieron pedir la abdicación del rey en el Campo de Marte el 17 de julio de 1791, recibiendo como respuesta las balas del batallón al mando de La Fáyette. Los líderes de izquierda temieron por la reacción, Marat pasó a la clandestinidad, Danton a Inglaterra, pero Robespierre se mantuvo en París, limitándose a cambiarse a la residencia de Maurice Duplay, un ebanista que residía en Rue Saint-Honoré y simpatizante jacobino, reforzando su posición al mantenerse en París y con su club durante esta grave situación.
El 30 de septiembre, en la disolución de la asamblea constituyente, la gente de París coronó a Pétion y a Robespierre, como dos patriotas “Incorruptibles”.

El terror [editar]
Denunció la guerra de Francia contra Austria (1792), por considerarla imprudente y creer que servía a los intereses de Luis XVI. Su papel empezó a ser fundamental. Formó parte de la Convención Nacional, que se eligió por sufragio universal, y en la que se sentó entre los Montañeses. El apoyo de los revolucionarios de París (los sans-culottes) llevó a Robespierre al poder: primero como miembro de la Comuna revolucionaria que ostentaba el poder local; luego como representante de la ciudad en la Convención Nacional que asumió todos los poderes, y en la que Robespierre apareció como portavoz del partido radical de la Montaña (junto con Danton y Marat). Fue en este momento cuando Robespierre pasó a ser republicano. Luchó firmemente contra los Girondinos, contrarios a la ejecución de Luis XVI y contribuyó a su aniquilación política tras la traición de Charles-François Dumouriez (2 de junio de 1793). Entró en el Comité de Salvación Pública el 9 de Termidor del año I (27 de julio de 1793), y se conviertió en el alma de la "dictadura jacobina" que impuso un régimen de terror, medidas excepcionales que se consideraban indispensables para salvaguardar la República de las graves amenazas tanto internas (revueltas en la región de Vendée) como externas[cita requerida] e instauró un régimen basado a la vez en la virtud y en el Terror, según sus propios términos[cita requerida]. Para él, sus enemigos eran enemigos de Francia y, con eso, justificaba el terror y el exterminio de sus adversarios[cita requerida]. Estaba convencido de su misión provindencial y ”se creía tan puro, que no se privaba de ningún crimen“[cita requerida]. Tras la eliminación de los ultrarrevolucionarios (seguidores de Hébert) (24 de marzo de 1794) tildados de "demagogos", y luego de los "Indulgentes" agrupados en torno a Danton y Desmoulins (5 de abril de 1794), Maximiliano Robespierre trató de imponer su ideal de república democrática y virtuosa, constituida por pequeños propietarios libres e iguales en derechos, coronándola espiritualmente con la institución del Culto al Ser Supremo. Participó en la elaboración de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano así como a la primera constitución francesa en 1791. Se le llamó el Incorruptible, tanto por sus convicciones como por su modo de vida austero. Robespierre era impecable en el lenguaje, modales y atavíos. Se lo ha llamado desde sectores de derecha, "el primer dictador moderno".

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