Nacido en Valdivia el 20 de julio de 1769, fue hijo de Félix Henríquez y Rosa González.
A los 14 años se fue a Perú enviado por su progenitor para que continuara sus estudios. En esta ciudad fue matriculado en el convento regido por la orden de San Camilo de Lelis o de la Buena Muerte. Se ordenó sacerdote en 1790, trasladándose a Quito (Ecuador).
Regresó a Chile a fines de 1810, integrándose de inmediato al movimiento emancipador que se estaba gestando.
En 1811, escribió una de sus importantes obras, La Proclama de Quirino Lemáchez, donde llamaba a los ciudadanos a votar por personas que fuesen capaces de luchar por las ideas independentistas en las elecciones para instalar un Congreso Nacional.
Tras la llegada de la imprenta a Chile (1812), fray Camilo Henríquez fue nombrado editor de la Aurora de Chile, el primer periódico que circuló en el país. En este diario, transmitió sus pensamientos e ideología que defendían el derecho del pueblo y la situación política que se vivía en esos momentos.
Sin embargo, su labor fue criticada por el mismo sector revolucionario, provocando que en agosto de ese año, el gobierno de José Miguel Carrera decidiese establecer controles sobre el periódico y nombrase una comisión -integrada por Juan Egaña, Francisco Antonio Pérez, Pedro Vivar y Manuel de Salas-, para que hiciera un proyecto de reglamento de prensa. Pero Henríquez se negó a publicar dicho decreto y dio a conocer un texto de un autor inglés que defendía sus mismas ideas.
Al año siguiente, colaboró en un nuevo periódico, que reemplazó a la Aurora, el Monitor Araucano.
En 1811, fue diputado suplente por Puchacay en el primer Congreso Nacional. Luego fue electo Senador entre 1812 y 1814. Durante ese período redactó varios proyectos, entre los que destacaron el Reglamento Constitucional de 1812 y el de protección indígena.
En 1822, fue diputado por Valdivia y al año siguiente diputado suplente por Valparaíso y por Chiloé. Entre 1824 y 1825 se desempeñó como diputado por Copiapó.
A los 14 años se fue a Perú enviado por su progenitor para que continuara sus estudios. En esta ciudad fue matriculado en el convento regido por la orden de San Camilo de Lelis o de la Buena Muerte. Se ordenó sacerdote en 1790, trasladándose a Quito (Ecuador).
Regresó a Chile a fines de 1810, integrándose de inmediato al movimiento emancipador que se estaba gestando.
En 1811, escribió una de sus importantes obras, La Proclama de Quirino Lemáchez, donde llamaba a los ciudadanos a votar por personas que fuesen capaces de luchar por las ideas independentistas en las elecciones para instalar un Congreso Nacional.
Tras la llegada de la imprenta a Chile (1812), fray Camilo Henríquez fue nombrado editor de la Aurora de Chile, el primer periódico que circuló en el país. En este diario, transmitió sus pensamientos e ideología que defendían el derecho del pueblo y la situación política que se vivía en esos momentos.
Sin embargo, su labor fue criticada por el mismo sector revolucionario, provocando que en agosto de ese año, el gobierno de José Miguel Carrera decidiese establecer controles sobre el periódico y nombrase una comisión -integrada por Juan Egaña, Francisco Antonio Pérez, Pedro Vivar y Manuel de Salas-, para que hiciera un proyecto de reglamento de prensa. Pero Henríquez se negó a publicar dicho decreto y dio a conocer un texto de un autor inglés que defendía sus mismas ideas.
Al año siguiente, colaboró en un nuevo periódico, que reemplazó a la Aurora, el Monitor Araucano.
En 1811, fue diputado suplente por Puchacay en el primer Congreso Nacional. Luego fue electo Senador entre 1812 y 1814. Durante ese período redactó varios proyectos, entre los que destacaron el Reglamento Constitucional de 1812 y el de protección indígena.
En 1822, fue diputado por Valdivia y al año siguiente diputado suplente por Valparaíso y por Chiloé. Entre 1824 y 1825 se desempeñó como diputado por Copiapó.
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